sábado, 20 de mayo de 2017

1984



       ¿Quién diría que detrás de un simple número pudiera existir una trama tan compleja? Y es que está historia tiene tantas vertientes que puede leerse fácilmente como  una historia de amor/desamor, un relato de acción y política dentro de un mundo de ciencia ficción, también puede estudiarse  como un tratado filosófico sobre cómo funciona la sociedad y la diferencia de clases. Una novela en donde se refleja el cómo habrá ocasiones en las que uno como individuo, no podrá rebelarse contra el sistema, por más que se desee.

       Este es un libro que retrata un pasado futurista, pero completamente aplicable a tiempos actuales, en donde lo primero que aprendemos es que: “quien controla el pasado, controla el futuro y quien controla el presente controla el pasado”-George Orwell, 1949- y que ha afectado hasta nuestros días tanto así, que incluso (y para desconocimiento de la gran mayoría) se ha retomado una de las ideas más escabrosas de esta novela para aplicarla en nuestro mundo cotidiano en forma de entretenimiento “el gran hermano” un ojo que vigila todos nuestros movimientos y que dicta la forma de relacionarnos con el mundo.

    Otros conceptos que podremos encontrar a lo largo de esta historia se describen en “neolengua” (que es un idioma ficticio que busca el decremento y la manipulación del raciocinio de la población)  como el “Doblepensar” “Crimental”  “Negroblanco” y otros tantos que parecerán irrisorios en un principio pero conforme los explican a lo largo de la trama, tomarán un tan matiz profundo que nos llevaran a compararlos constantemente con lo que nosotros conocemos y que sin saberlo nos han inculcado desde pequeños, teniendo como resultado, que nos identifiquemos con el protagonista y llegando a este punto realmente comenzamos a preocuparnos por lo que sucede con este personaje, volcando en él, nuestros sentimientos y dudas, que para sorpresa nuestra, muchas de las veces serán las mismas que él tiene. A su lado valoramos, reflexionamos, reímos, amamos, pero también sufrimos y traicionamos.

     En este libro acompañamos al protagonista “Winston Smith” a través de  la calles de  un Londres que fue absorbido por una de las tres superpotencias existentes en ese mundo que –irónicamente- son: Oceanía (EE.UU), Eurasia (Rusia) y Asia Oriental (China) pero en una realidad social completamente distópica.

   A diferencia de los protagonistas, en el gran grueso de las historias Winston es alguien relativamente normal, lo cual genera una empatía gradual con él a lo largo de la novela. Él es un hombre regular de treintainueve años al inicio. Sin ningún un atractivo  especial en quien incluso se realzan continuamente sus defectos físicos, como lo serían sus molestas varices o su dentadura incompleta y artificial.

      Su coprotagonista es Julia, una chica que irradia rebeldía, astucia y una despreocupación tal que contrasta por completo con el argumento de la historia principal. Haciendo que Winston deje de lado su apatía y comience a hacer todo aquello que siempre había deseado, contagiado por su juventud.

      El gran antagonista de esta historia tiene muchos nombres y rostros, pero en general es el sistema que dictamina la vida de no solamente los protagonistas sino también de las millones de almas que habitan ese mundo y que manipulan a su antojo desde el estrato social más bajo (proletarios), medios (miembros del partido exterior) y altos (miembros del partido interior)

   En algún momento la trama, se vuelve un tanto plana y repetitiva pero tiene un regreso impresionante y un final memorable lleno de resignación hacia los eventos que no podemos cambiar y que muchas de las veces sólo podemos resignarnos a aceptarlos como son.

     Existe también una película estrenada precisamente en 1984 estelarizada por John Hurt (Adam Sutler, en V de venganza) quien encarna a Winston Smith, en un papel completamente opuesto al que haría más adelante en V de venganza y que hace entonces que esté actor haya estado en ambos lados de la balanza.

   Esta es una cinta bastante apegada al libro, aunque dentro de ella existen muchos guiños y referencias a la obra impresa, que solamente son posibles de comprender habiendo leído antes 1984 y que ayudaran a entender mucho mejor el panorama completo de lo que estamos viendo en pantalla.
Un punto negativo a mi parecer es que dentro del film se deja muy de lado el papel de Julia restándole por completo ese encanto que en el libro nos enamora desde un inicio, pero es una película muy bien llevada y que hace que comprendamos más a los personajes y el mundo en el que habitan y en el que tratan de sobrevivir (como nosotros).

    1984 es un libro que deberá estar en la lista personal de cada uno, es un relato  que se tiene que leer y releer ya que con cada lectura viene una nueva enseñanza, George Orwell nos invita con esta novela a preguntarnos constantemente si el camino que ha tomado el hombre no nos estará llevando inevitablemente a este mundo de ficción, que cada vez se asemeja un poco más a nuestra realidad.

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